Amando la Diversidad Cultural





De repente vino del cielo un ruido como el de una rafaga de viento impetuoso que llenó toda la casa donde estaba sentado, y se les aparecieron lenguas como de fuego que, repartiensode, se posaron en cada uno de ellos. Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu Santo les daba la habilidad para expresarse.


Este pasaje bíblico nos debe cuestionar sobre la igualdad humana, si somos seguidores de Cristo no debe existir en nosotros espacio para la discriminación, no podemos separarnos de los demás por ser de una raza, un idioma, una ideología diferente a la de nosotros, las fronteras son para los países, no para los seres humanos. No somos más ni menos por nuestra raza o idioma, ante los ojos de Dios somos seres únicos creados desde amor.

La diversidad cultural es algo que debe enriquecernos como personas, el tener la oportunidad de escuchar otros idiomas, conocer otras culturas, ver y amar todas las razas hará que en nosotros nazca el deseo de una vida digna para todos. La educacion, el idioma, la raza o la cultura no es lo que te identifica como ser humano, es tu forma de comportarte ante las diferencias lo que nos convierte en seres humanos, el respetar y valorar a todos por ser seres humanos, y no valorar a otros por sus títulos, color de piel o idioma como algunos nos quieren hacer creer.


Sin duda alguna el amor auténtico por la vida nos ayudará a ver lo que hace a los otros especiales y no lo que nos hace diferentes, quiero compartirle las palabras de Martin Luther King Jr «Les digo a ustedes hoy, mis amigos, que pese a todas las dificultades y frustraciones del momento, yo todavía tengo un sueño - Yo tengo el sueño de que un día esta nación se elevará y vivirá el verdadero significado de su credo: Creemos estas verdades evidentes: que todos los hombres son creados iguales» Sin duda todos somos iguales, todos tendremos que morir algún día, pero no podemos permitirnos morir estando vivos, por ello debemos luchar dia a dia por un mundo más justo, un mundo donde la discriminación no tenga lugar, donde la violencia y el maltrato a niños y mujeres no tenga espacio, un mundo donde los hombres no tenga miedo a mostrarse vulnerables solo porque la sociedad obliga que se debe vivir con unos parámetros de vida. Soñemos con un mundo en que todos podamos vernos como hermanos, hagamos ese sueño realidad comprometiéndonos hoy a luchar por la igualdad y la justicia, hagamos ese sueño realidad siendo misericordiosos, construyamos juntos un mundo mejor, pero no olvidemos que si yo cambio, ya una parte del mundo está haciendo la diferencia.

¿Asumes el reto de luchar por un mundo más justo?

Luis Valencia
Misionero Latino
Iglesia Episcopal San Juan, Grand Haven, MI




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