Llamados a perdonar
Llamados a perdonar
Y es precisamente en este momento donde podemos traer las palabras de Jesús: “Si amas a las personas que te aman, ¿Qué crédito tienes para ti? Incluso los paganos hacen esto. Deja de juzgar y no serás juzgado. ¡Deja de condenar a los demás y no serás condenado!” Jesús luego dice: “Perdona y serás perdonado. La medida que dé será la medida que se le devuelva ". (Mateo 5: 46)
Estas palabras que no tienen rodeo alguno son difíciles de escuchar, precisamente por desafiarnos al nivel más profundo. Seguramente, cada uno de nosotros haya sido herido, olvidado, traicionado o rechazado en diferentes momentos de nuestro diario vivir. Si esta persona era cercana a nosotros, esa herida se hace más grande ya que confiábamos en esta persona. No obstante, no podemos olvidar que no somos perfectos, cada uno de nosotros también ha herido o traicionado a otras personas en nuestra vida. Todo esto hace parte de nuestra condición humana.
Las palabras mencionadas por Jesús donde indica que debemos amar a nuestros enemigos, no quiere decir, exactamente esa persona deba convertirse en uno de mis mejores amigos o en la persona más cercana a mí. Jesús lo que nos pide y nos enseña es que, perdonar es ante todo una decisión que lleva consigo mismo un proceso de sanación espiritual y emocional. Es un camino hacia el perdón y esto puede tardar mucho tiempo, y es bastante comprensible. Pero no podemos olvidar que, en algún momento de nuestra vida tenemos que elegir dar el primer paso, nadie puede obligarnos a dar este paso; somos los únicos que podemos tomar esta decisión e ir hacia el camino del perdón. Por lo tanto, debemos estar conscientes, puede pasar mucho tiempo hasta que estemos listos y dispuestos a comenzar el proceso de perdón, también debemos ser conscientes que el tiempo pasa demasiado rápido y sin darnos cuenta ya la vida ha pasado ante nuestros ojos y hemos estado viviendo gran parte de ella alimentados por el odio, sin abrir la puerta a la reconciliación, a la sanación, el perdón y el amor.
Jesús no pide imposibles, ni quiere "jugar" al perdón. Continuamente, nos invita no solo soltar esa persona que nos hirió, sino también a liberarnos del dolor, la ira que nos ata y nos destruye. Jesús es paciente y continuamente nos llama. Quizás hoy sea un buen día para iniciar y dar ese paso, no tengas miedo a perdonar y abrir el corazón al amor.
Luis Valencia
Misionero Laino
Comentarios
Publicar un comentario